8 Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el
principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.
9 Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado porque su germen
permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.
10 En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo
el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no
ama a su
hermano.
11 Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos
amemos unos a otros.
12 No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y
¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de
su
hermano eran justas.
13 No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.